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miércoles, 25 de mayo de 2022

7 reglas fundamentales que deberían cumplir las vías ciclistas

Está claro que resulta inútil que los ayuntamientos y comunidades autónomas se gasten miles de euros en vías ciclistas si luego éstas resultan poco o nada prácticas, son inseguras y llevan a la confusión.

Vía ciclista

Con este artículo pretendemos traer al conocimiento de todos muchos de los errores de diseño que se están cometiendo a la hora de crear estás vías ciclistas, así como los elementos que permitirían evitarlos. Muchos de estos problemas son evidentes aunque están presentes en las vías ciclistas de muchas ciudades. Si alguno de vosotros los observáis en vuestra ciudad, no estaría de más que presentaseis una queja en la junta de distrito del ayuntamiento.

Vías ciclistas rectas

Es necesario que las vías ciclistas dispongan de un recorrido los más recto posible. Si los tramos son rectos, el recorrido es más directo y rápido, y, en consecuencia más útil y práctico. El caso es que la mayoría de las vías ciclistas urbanas tienen actualmente tramos demasiado curvos, llenos de rodeos que no hacen otra cosa que desanimar a los ciclistas a la hora de utilizarlas.

Vías ciclistas fácilmente interpretables

El objetivo es que tanto ciclistas como peatones y conductores de vehículos sepan en todo instante que parte de la calle se corresponde con una vía ciclista y sobre todo quien tiene preferencia en los cruces. La relación entre carretera, vías y aceras no siempre está bien resuelta.

El diseño de las vías ciclista debe favorecer primero al peatón, luego al ciclista y por último a los coches.

Vías ciclistas en vías principales

A los ciclistas les resulta más cómodo utilizar las vías ciclistas que discurren por vías principales que aquellas que lo hacen por vías secundarias. Es obvio que de esta manera puede dirigirse sin problemas a los sitios más importantes de su ciudad.

En este punto hay que señalar que esto no debe conseguirse quitando espacio en la acera para los peatones, sino utilizando la calzada por la que discurren los coches.

Vías ciclistas tupidas y extensas

La mayoría de las vías ciclistas actuales son poco tupidas, extendiéndose por zonas muy limitadas sin cubrir la mayor parte de los barrios de la ciudad. Muchas de ellas se limitan a conectas zonas verdes o parques.

Si los ayuntamientos no son capaces de conectar las diferentes vías ciclistas y consiguen conectar el extrarradio con el centro de la ciudad, difícilmente llegarán a constituir una red de transporte alternativa, funcional y ampliamente utilizada,

Vías ciclistas interconectadas

Este punto va en línea con el anterior. Las vías ciclistas deben formar una red bien conectada (en este punto destacaríamos las vías ciclistas de Sevilla que conforman un trazado bastante bien conectado).

Para el ciclista resulta muy frustrante cuando se encuentra repentinamente con que la vía por la que circula desaparece de forma inesperada, obligándole a darse la vuelta y a volver por donde ha venido.

Vías ciclistas confortables y cómodas

Las vías ciclistas deben transcurrir sin presencia de giros inesperados, curvas muy cerradas, obstáculos, estrechamientos por los que es difícil pasar, badenes o desniveles. Aunque ciertamente lo más importante es que no tengan baches, que el asfalto o pavimento sea antideslizante (no queremos ver a nuestros hijos por el suelo) y que su estado de conservación sea bueno.

Vías ciclistas uniformes

En este punto nos referimos al hecho de que las vías ciclistas deben tener el mismo color en todos sus tramos (o como mínimo en el ochenta por ciento de los mismos) y que este debe ser distinto que el color de la acera, que deben mantener siempre la misma anchura y el mismo formato en cuanto a la dirección a seguir (siempre unidireccionales o siempre bidireccionales).

De esta manera se consigue que tanto ciclistas como peatones y conductores puedan identificarla de una manera rápida y sencilla, evitando posibles accidentes.

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